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OPOSICIONES AL CUERPO DE TRADUCTORES E INTÉRPRETES DEL ESTADO 2022

Oposiciones al Cuerpo de Traductores e Intérpretes del Estado 2022 Se han hecho de rogar, pero, por fin, el pasado viernes, 14 de octubre, se publicó la resolución de convocatoria...

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PREPARAR OPOSICIONES AL CUERPO DE TRADUCTORES E INTÉRPRETES DEL ESTADO 2022

Preparar Oposiciones al Cuerpo de Traductores e Intérpretes del Estado 2022 Si has llegado a este post, probablemente quieras saber cómo preparar las oposiciones al Cuerpo de Traductores e Intérpretes...

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COMPRAR TEMAS TEÓRICOS OPOSICIÓN AL CUERPO DE TRADUCTORES E INTÉRPRETES DEL ESTADO

Comprar temas teóricos oposición al Cuerpo de Traductores e Intérpretes del Estado

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Renovando el carné de Traductor-Intérprete Jurado (II)

En la segunda parte de «Renovando el carné de Traductor-Intérprete Jurado» vamos a ver los diferentes pasos que hay que seguir para la renovación del carné de jurado. La renovación es ahora más sencilla que nunca ya que es posible realizar casi toda la gestión online. Claro está, siempre que el sistema quiera y no […]




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¿Oposiciones a traductor jurado?

En ocasiones uno no sabe qué pensar acerca del conocimiento que algunos periodistas tienen de aquello de lo que escriben. He aquí un ejemplo de un artículo para llevarse las manos a la cabeza: Solo 22 de 645 opositores a traductor en Exteriores supera la prueba de… español Y para rematar en otros sitios reproducen […]




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Pruebas al Cuerpo de Traductores e Intérpretes del MAEC

El BOE (BOE-A-2018-337) publica hoy las oportunas pruebas (oposición) para cubrir las siguientes plazas: a) Una plaza de Traductor de árabe (traducción directa del árabe al castellano), con inglés como segunda lengua extranjera. b) Una plaza de Traductor/Intérprete de inglés y francés con «retour» a uno de esos dos idiomas. c) Tres plazas de Traductor […]




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Exámenes de traductor-intérprete jurado

El BOE acaba de publicar la Resolución de 12 de julio de 2018, de la Subsecretaría, por la que se convocan exámenes para la obtención del título de Traductor-Intérprete Jurado. La fecha de la primera prueba ha sido fijada para el día 17 de septiembre de 2018 y para los siguientes idiomas: Albanés, árabe, armenio, […]





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Una traductora en la WordCamp Valladolid

He tenido tiempo de ver algunas charlas de la WordCamp Valladolid 2020 que me perdí en su momento. Algo bueno tenía que […]




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PLAZO HASTA EL 15 DE NOVIEMBRE PARA CAMBIAR EL SELLO DE TRADUCTOR JURADO

Con el entrada en vigor de la nueva normativa sobre traducción jurada a finales del año 2014, los traductores jurados nos enfrentamos a una serie de cambios que todavía siguen causando confusión. Uno de ellos,...

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CONVOCATORIA DEL EXAMEN DE TRADUCTOR JURADO 2017

El Ministerio de Asuntos Exteriores convoca el examen de traductor jurado de 2017 en el BOE 61 de 13 de marzo de 2017. La espera se ha acabado. Sin embargo, la convocatoria de intérpretes jurados de...

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El brexit para los traductores jurados: ¿Qué consecuencias tiene?

La posible y cada vez más anunciada salida de Reino Unido de la Unión Europea, el llamado brexit, tiene consecuencias en todos los ámbitos. Para algunos es una catástrofe. Para otros, la liberación. Independientemente...

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EXAMEN DE TRADUCTOR JURADO 2018

La Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Asuntos Exteriores acaba de publicar la convocatoria de examen de traductor jurado 2018 en su web y en este artículo te damos todos los datos...

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Proyecto de modificación del Reglamento de Traductores Jurados

Tras la modificación de la normativa de 2014, esta es la primera vez que el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España (conocido por todos por sus anteriores siglas, MAEC) pretende...

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Ser traductor jurado en tiempos de coronavirus

Son tiempos difíciles para todos y también para los traductores jurados. A pesar de que el teletrabajo es habitual en nuestra profesión, el coronavirus o COVID-19 ha parado la economía de todo el mundo...

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Real Decreto 2020 para regular Traductor Jurado e Intérprete Jurado

Tras varios meses de actividad bajo mínimos a causa de la pandemia del COVID19, en los que quedó claro que no es fácil ser traductor jurado en tiempos de coronavirus, la Oficina de Interpretación...

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Amor a la literatura o Decálogo del traductor literario

Helena Cortés Gabaudan

Existen unos cuantos códigos deontológicos para traductores, pero muy pocos se refieren a la traducción literaria en particular. De entre ellos, uno de los primeros que se encuentra en Internet ni siquiera llega a reunir más de 7 normas, y las que incluye apenas tienen que ver con lo que realmente garantiza la calidad de una traducción literaria; es un mero listado de requisitos básicos del traductor en general y de aspectos legales (vid. el código deontológico del traductor literario redactado por el Consejo Europeo de Asociaciones de Traductores Literarios, ceatl). Ante esta carencia, hemos redactado, entre bromas y veras, un pequeño código personal para traductores literarios noveles, un decálogo que solo se basa en los cientos de horas solitarias, ingratas, desesperantes, pero siempre felices, pasadas frente a los textos de los grandes autores.

DECÁLOGO DEL BUEN TRADUCTOR LITERARIO

1. Humildad (o, lo que otros llaman fidelidad al texto). No trates de ser más brillante que el propio autor; en general, la mayor literalidad posible en fondo y forma es la mejor norma, aunque siempre creando un texto propio y sin caer en la burda copia. Si tienes siempre la tentación de mejorar el original, si te gusta adaptar y añadir cosas de tu cosecha o cortar y simplificar las partes complejas, escribe novelas, pero no traduzcas. Y, en particular, si eres poeta y te encanta traducir poesía, haz un esfuerzo: olvida tu condición por un instante y sé solo traductor. El lector no quiere leer tus versos.

2. Sensatez. Algunos escritores son gente rara, sí, ¡pero no tantos! En general no escriben estupideces ni insensateces. Así pues, si algo te sorprende sobremanera o parece no tener ningún sentido, es casi seguro que te has equivocado. Indaga. Seguro que algo se te está escapando.

3. Sentido estético. Traducir correctamente el contenido de la obra original puede ser relativamente fácil, pero no hay que olvidarse de la forma estética. Analiza a fondo los recursos estilísticos y estéticos empleados por el autor y trata de lograr lo mismo en tu propio idioma. De no ser así, tanto daría hacer un buen resumen del contenido como traducir la obra.

4. Paciencia. Si quieres traducir literatura no puedes tener prisa, es labor interminable de investigación, reescritura, relectura. Una recomendación: cuando hayas acabado de traducir, olvida tu versión en un cajón durante un tiempo suficientemente largo como para borrar de tu mente el original y haz una última lectura sin tener presente más que tu sentido lingüístico y literario: en este momento, y solo en éste, tómate todas las libertades que quieras con el texto hasta que a ti te suene bien, hasta hacerlo completamente tuyo, hasta que deje de ser una traducción y se convierta en tu texto: ganará en fluidez, no sonará a traducción y tendrá un estilo homogéneo.

5. Cultura. Si no tienes cientos de horas de lectura acumulados, si careces de una sólida cultura general y de cierta experiencia vital, si no conoces los clásicos y te aburre cualquier libro que no esté lleno de acción y diálogos, si nunca ganaste un premio de redacción en el colegio ni leías por las noches con una linterna debajo de las sábanas para que no te riñeran, si nunca viajaste a los países cuyas lenguas traduces, en definitiva, si no tienes gusto por la literatura: por favor ¡no te hagas traductor literario! Se gana más con los manuales de autoayuda y los libros de cocina.

6. Naturalidad. Es más importante que la obra suene bien en tu idioma y conseguir un texto natural y fluido, carente de todo artificio, que el que se cuele alguna disculpable metedura de pata. Y el que esté libre de error, que tire la primera piedra.

7. Buena pluma. Si no tienes talento para escribir con gracia y soltura en tu propio idioma no podrás ser nunca un buen traductor literario. Solo el que escribe bien traduce bien.

8. Dominio de tu lengua. Ser bilingüe ayuda mucho, pero no es garantía de buena traducción. Conocer bien la lengua de partida es un requisito técnico tan elemental como saber leer y escribir, pero no aporta nada más. Conocer bien la lengua de llegada, haberse perdido por sus más enrevesados vericuetos, saber jugar con ella, poder burlarse de ella: esa es la condición para ser un buen traductor. Busca a quien domine muy bien la lengua extranjera y tendrás, con suerte, un correcto traductor. Busca quien domine a
fondo su lengua materna y casi seguro que habrás encontrado a un buen traductor.

9. Actualidad. No envejezcas a propósito una traducción para acercarla a la época del autor. Piensa que los lectores contemporáneos del autor pudieron disfrutar de una lectura fluida y natural en el idioma de su tiempo. No castigues a tus lectores con una barrera idiomática artificial que solo provoca distancia. Para que el original siga siendo tan accesible como en su tiempo, cada generación necesita una nueva traducción.

10. Amor. O lo correcto no es igual a lo bueno. Cuántas traducciones hubo más o menos correctas que son perfectamente olvidables, por grises, planas, carentes de toda vida. Tal vez con un excelente adiestramiento se pueda conseguir un número aceptable de correctas traducciones. Pero siempre hubo, hay y habrá muy pocas buenas traducciones. En traducción literaria, traducción correcta no equivale a buena traducción. Porque también hacen falta grandes dosis de empatía. Si a pesar de haber renegado del texto más de mil veces, en el fondo has acabado sintiendo pasión por él y su autor, es señal de que eres un traductor. Si en caso de existir la máquina del tiempo lo que más te gustaría sería tener una entrevista con el clásico al que estás traduciendo, es señal de que eres un traductor. Si lo que más te gusta al llegar a casa es sentarte ante tu libro, y nunca te vas a la cama sin haber traducido al menos unas cuantas líneas —porque ése es el momento que más disfrutas del día— es señal de que eres un traductor. Y es que, además de profesión, hace falta un poco de vocación.

Estos diez mandamientos se encierran en dos: amarás a la literatura sobre todas las cosas y a los textos que traduces como a ti mismo.

Conclusión

Hacer traducciones literarias es lo más parecido a tener hijos: es una gestación larga y complicada, cuanto más se acerca el inexorable plazo de entrega más insoportable y más pesado se vuelve el asunto, hay momentos en que detestas al que te embarcó en aquel lío y te preguntas cómo pudiste aceptar; y llega siempre ese momento de extremo dolor, cuando tienes que sacar fuera como sea la cabeza del infante, en que te juras a ti mismo que nunca volverás a caer en semejante empresa… pero, en general, una vez que el niño ya está fuera y lo miras, solo queda amor incondicional por tan trabajoso producto, pese a los muchos fallos que pueda tener. Y es que ¿hay alguna madre que piense que sus hijos son feos? En resumen, la traducción literaria no es una profesión, no da de comer ni se aprende en la academia: es una vocación y un talento. Si no disfrutas con ella, no la ejerzas.

Fuente: La Linterna del Traductor




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El traductor como proveedor de servicios y gerente de proyectos

Ponencia presentada por Julia Benseñor en el III CONGRESO LATINOAMERICANO DE TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN, CTPBA, Buenos Aires, abril de 2001

Las exigencias actuales de los usuarios de traducciones han terminado por erradicar el tradicional perfil del traductor como profesional solitario y lo obligan a adquirir las destrezas de un gerente o líder de proyectos capaz de conformar equipos de trabajo que respondan a las necesidades de los clientes en materia de calidad, volumen de trabajo y plazos, incluidos otros requerimientos especiales vinculados con, por ejemplo, el diseño gráfico. El objetivo de esta ponencia es presentar: a) las competencias que debe desarrollar un traductor —más allá de la necesaria competencia lingüística— en su carácter de líder o integrante del equipo de trabajo, b) los criterios de organización interna del equipo, c) las relaciones que deben establecerse con el cliente antes de prestar el servicio, durante su desarrollo y a su término, y d) los cinco pasos que considero necesarios para garantizar al cliente un servicio de calidad.

A lo largo de veinte años de ejercicio de la profesión en el ámbito de la traducción técnica y científica para empresas, nuestro Centro de Traducción e Interpretación ha sido testigo de sucesivos cambios que indudablemente inciden sobre la labor del traductor. Dado que los cambios son parte de la vida, si se aspira a ejercer esta profesión a largo plazo, no deben aceptarse como un mal necesario sino que el profesional debe adaptarse y sacar la mayor ventaja posible de tal manera que aquello que en un principio se consideraba un problema se convierta en un potencial a su favor.

Conocer los cambios que se han ido presentando permite definir más claramente cuál es el perfil de traductor que hoy exigen las empresas.

Veinte años atrás, el traductor solía trabajar solo, con pocas herramientas documentales y de apoyo y, por lo general, tenía cierto margen para negociar los plazos de entrega con el cliente. Hoy, esta situación ha cambiado radicalmente, ya que el ritmo vertiginoso que caracteriza estas épocas se ha trasladado a nuestro ámbito y surgen así nuevas condiciones de trabajo. Uno de los caminos que permiten al traductor adaptarse a las nuevas demandas es el trabajo en equipo, apoyado en una organización eficiente. A modo de ejemplo, cabe destacar que en nuestro Centro llevamos adelante experiencias en las que coordinamos equipos que han llegado a contar con más de veinte integrantes.

Para sintetizar cuáles son las nuevas condiciones laborales que enfrentamos los traductores, mencionaremos tres exigencias básicas: a) urgencia, b) alto grado de especialización y c) volumen.

El cliente exige plazos de entrega perentorios, a tal extremo que a priori parece imposible cumplir con ellos. Sin embargo, no es así en virtud de las inagotables ventajas que nos proporcionan las actuales redes de comunicación, el acceso rápido a fuentes muy confiables de información y, tal como se mencionó anteriormente, el trabajo en equipo.

La segunda condición laboral que se presenta es el alto grado de especialización que
exigen los textos originales de las distintas disciplinas. En la actualidad, a diferencia de lo que sucedía años atrás, la mayoría de los profesionales, hombres de negocios o empresarios se manejan eficazmente a cierto nivel para leer un idioma extranjero como el inglés u otro idioma de amplia difusión en la Argentina. Por lo tanto, contratarán los servicios de un traductor sólo cuando se trate de textos sumamente complejos, cuando sea documentación sobre tecnologías de punta o cuando deba redactar algún informe en lengua extranjera para enviar al exterior. Por consiguiente, debemos hallar un camino posible para transformar este aparente escollo en una ventaja a nuestro favor, y tal camino puede consistir en integrar al equipo de trabajo a un especialista en la materia en calidad de revisor técnico de nuestras traducciones.

El tercer componente de las nuevas exigencias que el mercado actual le impone al traductor es la gran extensión de los textos. Si partiéramos del supuesto de que los traductores desarrollan su tarea profesional en forma solitaria, los plazos de entrega que hoy día requieren los clientes serían imposibles de cumplir. De allí que el trabajo en equipo se ha convertido en una necesidad antes que en una opción, ya que permite abordar mucho más volumen de trabajo en menos tiempo.

Ahora bien, estas tres condiciones de trabajo plantean desafíos ineludibles, puesto que no debemos olvidar que el traductor es un proveedor de servicios y que, tal como lo indica la palabra, "servicio" significa "acción de servir": servir a nuestro cliente, satisfacer sus necesidades y dar respuesta a sus requerimientos.

Para ello, es indispensable adoptar una actitud creativa que nos permita transformar estas exigencias en un potencial para crecer como profesionales. Se requieren determinadas habilidades para satisfacer estas demandas en tiempo y forma, es decir respetando las exigencias de calidad y cantidad que se nos imponen.

El traductor, pues, debe redefinir su profesión, partiendo de una nueva concepción. En nuestra opinión, el traductor del siglo XXI debe convertirse en lo que podríamos denominar un "líder o gerente de proyectos", con una gran capacidad de evaluación, de organización y de respuesta.

Omito deliberadamente referirme a las habilidades básicas que definen al traductor de todas las épocas, es decir al dominio de sus lenguas de trabajo, ya que el eje de esta exposición es explicar que el traductor independiente debe actuar como gerente de su propia empresa. Estas habilidades gerenciales no suelen enseñarse en las escuelas de formación pero hoy día resultan indispensables a la hora de competir en el mercado laboral.

Las habilidades gerenciales podrían reducirse a las siguientes: a) capacidad para hacer un diagnóstico de la situación, b) actitud flexible y creativa, c) capacidad de organización y d) claridad en la comunicación.

En primer lugar, debemos ser capaces de hacer un análisis o diagnóstico preciso a partir de la necesidad planteada por el cliente. Para ello, es preciso saber qué servicios podemos ofrecer y en qué condiciones, ya que el traductor puede ofrecer una amplia gama de servicios. Consideremos, pues, las hipótesis expuestas a continuación.

Ante un texto sumamente complejo, debemos preguntarnos si tenemos la preparación o formación suficiente para abordar satisfactoriamente su traducción. Los traductores — así como los usuarios de traducciones— suelen partir de la premisa de que basta con saber la lengua extranjera para poder encarar la traducción de cualquier tipo de documento. Sin embargo, cabe recordar que el traductor técnico y científico debe dominar tres lenguas: la lengua fuente, la lengua meta y la lengua de la especialidad de que se trate. Ante un texto con un nivel de complejidad que supere nuestras calificaciones será menester sumar a nuestro equipo a personas idóneas o especialistas en el tema.
Analicemos otro escenario: el texto original es muy extenso y la traducción se requiere con urgencia. Para poder hacer una estimación correcta, debemos partir de un profundo conocimiento de las propias competencias, por ejemplo, saber cuántas palabras aproximadamente somos capaces de traducir por hora en una determinada combinación lingüística. En el caso de que la necesidad del cliente superase nuestras posibilidades, debemos convocar a un equipo de profesionales que nos permita cumplir con tal requerimiento.

La segunda habilidad que se plantea es la flexibilidad y respuesta creativa. Ante la necesidad de un cliente potencial, podemos abrir el juego a distintas alternativas y no caer en el error de proporcionar una respuesta uniforme, puesto que estaríamos frente al falso supuesto de que todos los requerimientos, textos o situaciones de comunicación son idénticos. Por el contrario, dependiendo de la función que cumplirá el texto, podemos ofrecer distintas opciones. Por ejemplo, si nuestro cliente necesita la traducción de un artículo para analizar su contenido en el marco de un grupo de estudio, puedo grabar la versión traducida en cassette. El notable ahorro de tiempo que se logra —en virtud de que no será necesario escribir el texto, corregir las posibles erratas y, en suma, cumplir con todos los requerimientos propios de un texto escrito— nos permitirá satisfacer la necesidad del cliente atendiendo a la situación de comunicación de que se trata y, obviamente, a su presupuesto.

La tercera habilidad gerencial que debe desarrollar el traductor independiente es su capacidad de organización. Tal como se sugirió anteriormente, ningún traductor que trabaje solo tendrá posibilidades de sobrevivir en el mercado de las prestaciones de servicios a empresas. Es prácticamente una condición sine qua non saber formar equipos de trabajo. Pero todo trabajo en equipo exige una buena planificación, una adecuada distribución de funciones y un riguroso seguimiento de la totalidad del proceso. Las actuales normas de gestión de calidad exigen que se documente todo el proceso de producción de bienes y servicios, exigencia que cobra especial relieve cuando la responsabilidad de un trabajo determinado será compartida entre varios profesionales.

Por último, la claridad en la transmisión de la información es lo que garantizará que se cumplan las pautas de trabajo establecidas con el cliente y con los miembros del equipo. Como especialistas de la comunicación, este aspecto no debería presentarnos dificultades, pero tampoco debemos subestimar su importancia, ya que los malos entendidos incidirán negativamente en el desempeño del equipo, en nuestra relación con el cliente y en la relación con nuestros pares. La eficacia en la comunicación se logra principalmente a través de la comunicación escrita. Este procedimiento —si bien puede demandar más tiempo en un principio — está avalado por las normas de gestión de calidad que exigen un meticuloso registro de todos los procesos. Más aún, la eficacia que se logra a través de la comunicación escrita se traduce en un notable ahorro de tiempo.

El líder del proyecto, apoyado en las cuatro habilidades ya mencionadas, deberá ahora estructurar una organización con miras a satisfacer las necesidades del cliente. Estas necesidades o requerimientos son los denominados "factores externos", a saber: a) el tipo de servicio requerido, b) el tema o campo de especialización de que se trata, c) el volumen de la documentación, d) el plazo exigido y e) otros, tales como el uso de software especial y el procesamiento de gráficos.

A partir de estos factores externos, el traductor que actúa como líder del proyecto comienza a definir los "factores internos" mediante una adecuada planificación. Dichos factores son: a) los recursos humanos, b) la estructura del equipo, c) las pautas de trabajo, d) las herramientas documentales y e) el sistema de comunicación que se adoptará.

El primer aspecto es definir los recursos humanos que participarán en el proyecto, es decir, quiénes son las personas más idóneas por razones de dominio de idioma, velocidad y experiencia en el tema así como la cantidad de miembros que conformarán el equipo de trabajo.

Inmediatamente, cabe organizar la estructura interna del equipo, es decir, asignar el papel que desempeñará cada integrante sobre la base de la noción de "estaciones de trabajo". La propuesta de nuestro Centro, producto de nuestra experiencia en el campo editorial, consiste en dividir el trabajo en cinco etapas o estaciones, en donde la traducción propiamente dicha es sólo un eslabón en el proceso. Estas cinco estaciones de trabajo son: a) la gestión terminológica, b) la traducción propiamente dicha, c) la corrección de estilo, d) la revisión técnica y e) la corrección de galeras o proofreading.

La gestión terminológica es la etapa que nos permitirá garantizar el uso homogéneo, uniforme y sistemático de la terminología de la especialidad a lo largo de todo el trabajo, en especial cuando intervienen varios traductores. En virtud de la importancia que le cabe a esta etapa, es recomendable asignar a un profesional o equipo de profesionales la tarea de búsqueda y registro terminológicos. Esta estación de trabajo será la fuente de consulta permanente para la totalidad de los integrantes del equipo.

La etapa de la traducción propiamente dicha consiste en generar un texto en una lengua diferente de aquella en la que fue escrito el texto original. Este equipo, que trabajará asistido por el equipo de terminología, deberá contar con pautas claras de trabajo y un adecuado cronograma de entregas, el que debe planificarse con sumo cuidado.

La corrección de estilo es la estación de trabajo responsable de corregir con un criterio riguroso y sistemático todos los documentos generados por el traductor o equipo de traductores. Esta tarea debe estar a cargo de las personas más idóneas desde el punto de vista del manejo de la lengua.

La etapa de la revisión técnica deberá estar a cargo de una persona o equipo con un dominio profesional en el tema o especialidad de los documentos, que trabajará sobre un texto ya traducido y corregido desde el punto de vista lingüístico, de manera tal de poder abocarse exclusivamente a los aspectos relativos a la fraseología técnica del campo de que se trate.

Por último, la corrección de galeras es la estación de trabajo en la cual la traducción se lee ya como texto original y definitivo a fin de corroborar la ausencia de erratas, de problemas de formato o de cualquier otro inconveniente de tipo formal que pudiese presentarse a consecuencia de los cambios introducidos en las etapas anteriores

Estos pasos así individualizados constituyen la tarea integral del traductor y reproducen la división de tareas que se presenta en las editoriales que trabajan con originales extranjeros. Si bien en la traducción de textos breves suele intervenir un solo profesional, estas etapas deben cumplirse necesariamente si aspiramos a ofrecer a nuestro cliente un trabajo de calidad. No obstante, asignar estas distintas etapas o estaciones de trabajo a distintos profesionales, es decir, trabajar en equipo, nos permite ofrecer una mayor garantía de calidad y, por ende, constituye uno de los pilares de nuestra propuesta.

En cuanto a las pautas de trabajo, una vez definida la responsabilidad que se le asignará a cada miembro del equipo, será preciso establecer los plazos de entrega correspondientes a cada etapa, los criterios lingüísticos o formales que habrán de adoptarse, el modo en que se entregarán los trabajos parciales y la manera en que se identificarán las dudas pendientes, si las hubiere, entre otros aspectos.

En relación con las herramientas documentales, el coordinador o líder del proyecto tendrá a su cargo la responsabilidad de compilar el material complementario o de apoyo y distribuirlo entre todos o determinados miembros del equipo, de acuerdo con las distintas funciones que desempeñará cada uno. Por herramientas documentales debe entenderse documentos traducidos anteriormente, glosarios específicos, sitios confiables en Internet para acceder a la información sobre el tema, bibliografía de distinto tipo, etcétera.

Por último, el sistema de comunicación entre los integrantes del equipo y el coordinador debe estar previamente definido. En relación con este punto, las alternativas son diversas, desde las consultas por correo electrónico a las reuniones periódicas. El objetivo es garantizar la mayor eficiencia al menor costo de tiempo posible.

Tal como se ha expuesto, el líder o gerente del proyecto debe definir este cúmulo de procedimientos con anticipación para evitar esfuerzos vanos, duplicación de tareas, correcciones innecesarias; en suma, pérdida de tiempo.

Tras el análisis de la planificació n que el líder del proyecto debe llevar a cabo en relación con su equipo de trabajo, cabe ahora examinar someramente cómo debe planificar el traductor su relación con el cliente.

Esta relación puede dividirse en tres etapas: a) antes de iniciar la traducción, b) durante la etapa o proceso de traducción y c) con posterioridad a la entrega del trabajo.
En virtud de la necesidad de registrar los procesos, tal como exigen las normas de calidad que rigen en el mundo empresarial de hoy, y a fin de evitar conflictos innecesarios con el cliente, el gerente del proyecto debe presentar el presupuesto por escrito, en el que habrán de consignarse todos los detalles. A la vez, el presupuesto escrito y la confirmación por escrito por parte del cliente nos permitirán contar con una prueba fehaciente de la aceptación de las condiciones pactadas.

Una vez aprobado el presupuesto y antes de dar comienzo al proyecto, resulta conveniente entablar una relación efectiva con nuestro cliente, lo que facilitará notablemente nuestra tarea posterior. A través de una visita a la empresa, podemos obtener fuentes de información y material complementario sobre el tema, o bien ver una máquina o la planta misma. En la medida en que nosotros asumamos mayor compromiso con el cliente, el clie nte lo hará con nosotros y se dispondrá a colaborar. El usuario de la traducción debe comprender que todo lo que él pueda aportar como especialista en el tema redundará, en última instancia, en su propio beneficio.

Durante el proceso de traducción, en ocasiones es necesario hacer consultas al cliente. En ese caso, es aconsejable que —por razones de tiempo y eficacia— se le hagan llegar por escrito, por ejemplo por correo electrónico. De esta manera, se evita molestarlo en momentos inoportunos y se obtienen las respuestas por escrito, lo que nos asegura mayor precisión en el registro de la terminología. Un aspecto importante de esta política es que, a través de estos procedimientos, el cliente se convierte en un colaborador y miembro del equipo.

Ahora bien, para un traductor que se concibe a sí mismo como gerente o líder de proyectos, el trabajo no termina con la entrega de la traducción, ni siquiera con el cobro de sus honorarios. Por el contrario, es una buena práctica volver a contactarse con el cliente para averiguar si ha quedado satisfecho, qué observaciones tiene sobre nuestro trabajo, qué detalles considera perfectibles, etcétera. Esta etapa es parte de lo que se denomina el "servicio postventa". Más aún, esta retroalimentación nos permitirá crecer profesionalmente día a día. Luego, es nuestro deber compartir la información sobre nuestro desempeño que obtengamos del cliente con todos los integrantes del equipo de trabajo.

En relación con esta política de retroalimentación o intercambio de información el líder del proyecto debe asumir, como parte de sus tareas o su misión, el compromiso de retroalimentar a los miembros del equipo. Por ejemplo, es altamente beneficioso que el coordinador o líder del proyecto entregue al traductor la versión corregida por el equipo de corrección o revisión al finalizar el trabajo de manera tal que cada integrante pueda analizar el resultado de su propio desempeño. Así, se fortalece la noción de pertenencia al equipo y se garantiza el aprendizaje continuo de todos los participantes.

De este modo, hemos explicado cómo el traductor, a través de una adecuada planificación, está en condiciones de organizar su trabajo de manera tal de cumplir con las nuevas y exigentes demandas del mercado actual. Para ello, debemos comenzar por concebir al traductor como gerente de sus propios proyectos.




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Jornadas: 20.º Aniversario del Colegio de Traductores de Sta. Fe, 1.ª C.

Estimados matriculados, colegas y estudiantes:

Como muchos de ustedes sabrán, nuestro Colegio cumple 20 años. Por eso, les proponemos que en septiembre, nuestro mes aniversario, participemos de un intercambio enriquecedor de experiencias e inquietudes en las Jornadas sobre traducción, que hemos organizado para los sábados 8 y 15, en el salón de reuniones del Centro Comercial (San Martín 2819 - 2.º Piso).

Es una gran oportunidad para escucharnos, compartir experiencias y estrechar lazos entre colegas.
El sábado 15, una vez finalizadas las jornadas, tendremos la posibilidad de compartir un almuerzo de cierre para brindar por todos estos años vividos junto a la institución (costo no incluido en las tarifas de las jornadas). Pueden descargar el cronograma de actividades aquí.

Esperamos la participación de todos ustedes.

Saludos cordiales.

Consejo Directivo
CTPSF - Primera Circunscripción




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La partida de Miguel Llorens, el traductor financiero

Cuando comencé este blog por el año 2008, me propuse encontrar y compartir información valiosa para nosotros, los traductores junior, y por eso siempre tomé como referencia a muchos profesionales con más experiencia en esta profesión.

Uno de ellos es Miguel Llorens, el traductor financiero, que con su inteligencia y sarcasmo me resonaba un poco al Dr. House de la traducción.

Miguel es, tiempo presente, porque las personas que dejan huellas profundas, en algunos o no tanto en otros, no se van. Su energía deambula en los pensamientos de aquellos que mascullando sobre algún tema traductoril percibe el roce ligero de su impresión.

Por eso nos encontraremos a la vuelta de la esquina o de algún término enrevesado.




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¡Feliz Día Traductores!





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Guho Cho, el traductor coreano de obras literarias latinoamericanas




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Homenaje a Tomás Segovia: maestro, ensayista, traductor y sobre todo poeta / Luzelena Gutiérrez de Velasco [and thirteen others]

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